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El intestino podría revelar nuestra expectativa de vida

Publicada: 2021-03-26 14:11:17
Un reciente estudio científico aseveró que es posible predecir cómo envejeceremos a través del análisis de bacterias, virus y hongos que habitan en ese órgano abdominal.

¿Quién no quisiera saber cuántos años va a vivir y si va a envejecer saludablemente? Algunas personas recurren al horóscopo para obtener (de alguna manera) más información sobre qué será de sus vidas en la adultez. Lo cierto es que la ciencia se acerca cada vez más a esas respuestas y estudia el cuerpo humano en profundidad para captar algunos signos que pueden predecir nuestra expectativa de vida.

¿Quién no quisiera saber cuántos años va a vivir y si va a envejecer saludablemente? Algunas personas recurren al horóscopo para obtener (de alguna manera) más información sobre qué será de sus vidas en la adultez. Lo cierto es que la ciencia se acerca cada vez más a esas respuestas y estudia el cuerpo humano en profundidad para captar algunos signos que pueden predecir nuestra expectativa de vida.

Un reciente estudio científico, publicado en la revista Nature Metabolism, reveló que es posible saber si tendremos una larga saludable vida mediante el análisis de los virus, bacterias hongos que están en nuestro intestino. Los científicos descubrieron que la microbiota intestinal suele cambiar a medida que envejecemos. De acuerdo con el informe, en las personas poco sanas, la composición del microbioma permanece estática, sin cambios, lo que indica que pueden fallecer antes que quienes están sanos y tienen tipos de microbios intestinales que aumentan y varían con la edad.

“Es decir, un microbioma intestinal que se transforma continuamente a medida que envejecemos, es un signo saludable”, sostuvo Sean Gibbons, especialista en microbioma y profesor adjunto del Instituto de Biología de Sistemas de Seattle, EE.UU. En ese sentido, añadió: “Muchas investigaciones sobre el envejecimiento están obsesionadas con devolver a las personas a un estado más joven o con hacer retroceder el reloj. Pero aquí la conclusión es muy distinta. Quizá un microbioma que es saludable para una persona de 20 años no lo sea en absoluto para una de 80. Es bueno tener un microbioma cambiante cuando se es viejo. Eso significa que los bichos que están en tu sistema se están adaptando adecuadamente a un cuerpo que envejece”.

Entre otras cosas, los expertos descubrieron que las personas cuyos microbiomas cambiaban hacia un perfil singular a medida que envejecían, también tenían niveles más altos de compuestos promotores de la salud en la sangre, entre ellos, los producidos por los microbios intestinales que combaten las enfermedades crónicas.

Por ejemplo, las personas mayores de 65 años que son delgadas y físicamente activas tienen más microbios en el intestino que aquellas más pasivas. A su vez, revelaron que quienes tienen envejecimiento prematuro, tienen menos diversidad microbiana en el intestino.

En esa misma línea, explicaron que la microbiota intestinal cambia en los primeros años de vida. Luego, permanece estable durante décadas y se activa a medida que la persona llega a la mediana edad, lo que se acelera hasta la vejez en quienes están sanos, pero se ralentiza en quienes no. Para ellos, las personas comparten cerca del 30% de las especies bacterianas intestinales.

Para llegar a estas conclusiones, Gibbons y el autor principal del nuevo estudio, el doctor Tomasz Wilmanski, estudiaron los datos de más de 9.000 adultos (entre 18 y 101 años), a los que se les secuenció el microbioma. Los analizados, en su mayoría, eran ancianos que se realizaban revisiones médicas periódicas. Durante el análisis, los especialistas descubrieron que a partir de los 40 años, las personas presentaban alteraciones en el microbioma: es decir, las cepas menos comunes se volvían más predominantes.

Al respecto, Gibbons dijo: “Lo que descubrimos es que, a lo largo de las distintas décadas de la vida, los individuos se alejan unos de otros y sus microbiomas se vuelven cada vez más particulares”. A su vez, observaron que las personas que manifestaban cambios en la composición microbiana, tenían un mejor estado de salud y mayores posibilidades de vivir más años: tenían más vitamina D, menores niveles de colesterol LDL triglicéridos, mayor movilidad vitalidad. A su vez, presentaban niveles más altos de metabolitos en sangre (producidos por los microbios intestinales), lo que reduce la inflamación y protege al intestino. Por el contrario, quienes gozaban de peor estado de salud, no mostraban cambios en el microbioma intestinal, teniendo el doble de posibilidades de morir antes que el grupo saludable.

La fenilacetilglutamina fue otro de los componentes que descubrieron, el que favorece la longevidad. También, llegaron a la conclusión de que ciertos microorganismos intestinales que son buenos en la adultez temprana pueden ser perjudiciales en la vejez. Y hallaron que las personas sanas que experimentaron los cambios más drásticos en la composición del microbioma, tuvieron un descenso más fuerte de las bacterias llamadas bacteroides, comunes en quienes comen alimentos con grasa, azúcar y sal y pocos productos ricos en fibras.

“Cuando no se dispone de fibra, a los bacteroides les gusta masticar mucosidad, incluida la mucosa protectora que recubre el intestino. Tal vez eso sea bueno cuando se tienen 20 o 30 años y se produce mucho moco en el intestino, pero a medida que envejecemos, la capa de moco se adelgaza y tal vez necesitemos suprimir estos bichos”, advirtió Gibbons quien explicó que cuando esos microbios salen del intestino, pueden hacer que el sistema inmunológico se vuelva loco y pueda generar una inflación crónica como diabetes, cáncer, artritis y enfermedades cardíacas. Por tal motivo, aseguró, es necesario llevar una alimentación sana, basada en frutos secos, porotos, frutas, semillas y verduras.

En ese sentido, recomendó comer más fibra y pescado, y menos alimentos altamente procesados: “Los alimentos integrales, como las frutas y las verduras frescas, tienen todos los carbohidratos complejos que a nuestros microbios les gusta comer”, concluyó.