El buen funcionamiento es clave para la salud, ya que regula y ordena toda la fisiología en los momentos adecuados del día.
“Con la información recabada en la encuesta anónima, implementaremos la aplicación (app) ‘Mi reloj interno´ para que la población pueda informarse adecuadamente sobre su reloj circadiano y sobre cómo sus hábitos interfieren con su funcionamiento óptimo, así como las consecuencias que ello acarrea”, señala Fernanda Ceriani, una de las investigadoras del proyecto, jefa del Laboratorio de Genética del Comportamiento en la Fundación Instituto Leloir (FIL) e investigadora del CONICET.
La aplicación ya está en desarrollo y tendrá un autodiagnóstico, incluyendo el uso de un sensor del celular para medir la luz en distintos espacios de la vivienda. En función de ese procedimiento, los usuarios recibirán recomendaciones concretas para mejorar sus hábitos cronobiológicos.
La iniciativa forma parte del proyecto “Desafíos cronobiológicos asociados al aislamiento social” que cuenta con el financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación y es liderado por científicas de varias instituciones y universidades.
“La información que se obtendrá a partir de la encuesta será central para el desarrollo del proyecto. Es importante poder evaluar qué efectos está teniendo el confinamiento en nuestro sueño y nuestros ritmos circadianos. A partir de estos resultados, podremos generar las recomendaciones destinadas a mejorar los hábitos cronobiológicos”, explica María Juliana Leone, doctora en Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) e investigadora del CONICET en la UNQ y en la Universidad Torcuato Di Tella