¿Qué pasa si no elegimos el anteojo correcto o de mala calidad?
“Tenemos que saber que a lo largo de nuestra vida las células de la mácula, es decir, de aquella región del ojo encargada de la discriminación de formas y colores, cumple una determinada cantidad de procesos fotosensibles y la luz solar genera un aumento de estos ingresos. De hecho, las diferentes ondas ultravioletas que emana el sol pueden generar daños directos a la estructura celular, lo que conocemos como maculopatía solar, que es la primera lesión que causan este tipo de lentes”, explica el profesional y agrega: “Los síntomas más visibles por la utilización de lentes sin la protección adecuada son fotofobia, lagrimeo, ojo rojo y sensación de picazón”.
“Podemos entender la mala calidad de un anteojo solar de distintas formas, como la mala calidad en el marco y la mala calidad del vidrio. Cuando a nosotros nos preocupa la mala calidad estamos hablando de la calidad de los filtros ultravioletas que estos tienen. Hay diferentes grados de filtros ultravioleta para diferentes categorías de exposición a la luz solar porque no es lo mismo la exposición en una ciudad, una playa o incluso en la nieve. Lo que sucede es que los anteojos oscuros provocan la dilatación de la pupila, que en condiciones de oscuridad se agranda, esta es la puerta de entrada de la luz al ojo. Esto quiere decir que van a estar entrando más rayos ultravioletas y si los filtros son de mala calidad y no lograr filtrar la luz, lo que provocan es que entren mayor cantidad de rayos y provoquen mayor lesión de la célula de la mácula”, precisa Scorsetti.
Siguiendo esta línea, señala cuáles son las complicaciones que nos pueden traer la utilización de lentes no aptos. “A menudo, el uso de lentes de sol de baja calidad puede ocasionar cefaleas, visión de halos o luces, efecto prismático o distorsión en la vista. Para que sea de buena calidad no necesariamente tiene que ser un anteojo caro. Una forma de asegurar el control de la calidad es adquirirlos en lugares habilitados a tal fin, no en la calle ni negocios de venta de mercadería genérica”, subraya.
En este sentido, profundiza: “Los anteojos de sol, además de poseer un filtro de color, pueden asociarse con la graduación de lentes que la persona usa normalmente, por ejemplo en la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía ayudando a mejorar la calidad visual. Los filtros se clasifican en nivel bajo, medio y alto según su capacidad de absorber la luz molesta. Utilizar un filtro inadecuado para la actividad que se realiza puede provocar dificultades en la visión. Por ejemplo, si se usan lentes con un filtro de luz alto para conducir en la noche. También si los anteojos de quienes están en la nieve tienen un filtro de absorción baja pueden causar queratitis, cataratas o lesiones en la retina”.
¿Qué cosas debemos tener en cuenta a la hora de elegir lentes de sol?
“Es importante tener en cuenta el color de nuestros ojos, ya sean más claros u oscuros. También dependerá mucho de la actividad que estemos desarrollando y, por supuesto, si llegase a existir alguna patología ocular. Por ejemplo, si tenemos los ojos más claros, debemos utilizar lentes de una tonalidad más oscura para que logren filtrar mejor la luz. Los filtros de colores sepia suelen ser una buena opción tanto para ojos claros como oscuros, ya que logran resaltar muy bien los contrastes. No es lo mismo el nivel de filtro solar de un lente de la ciudad o de la playa o incluso un lente para la nieve que deben tener una mayor intensidad”, cierra Scorsetti.
TIPS PARA ELEGIR TUS ANTEOJOS DE SOL
– Consultar siempre a un oftalmólogo.
– No comprarlos en la calle ni en negocios de mercadería genérica.
– Asociar sus lentes de sol con la graduación que se usa normalmente.
– Utilizar filtro adecuado para la actividad que se realiza.
– Elegir un anteojo inadecuado puede provocar queratitis, cataratas y lesiones en la retina.