Principios fundamentales
Para entender cómo el IoT puede beneficiar a las empresas y tener una perspectiva más amplia y acertada sobre cómo implementar esta tecnología, es importante que, en primer lugar, conozcamos sus pilares básicos. Digamos que, en esencia, los sistemas de IoT se caracterizan por la convergencia de la teledetección, la computación y la comunicación con el objetivo de facilitarnos las siguientes tareas:
- Obtener (o ‘detectar’) datos en el entorno
- Preprocesar datos de manera local
- Transmitir datos a servidores
- Combinar datos procedentes de varios tipos de sensores
- Procesar señales tanto de manera local como en la nube
- Trazar inferencias y ofrecer detalles sobre los datos mediante técnicas computacionales como machine learning
- Tomar decisiones y llevar a cabo acciones de control en el entorno
Cuando nos imaginamos estos principios en la práctica, tendemos a pensar en casos de uso «tradicionales» como los procesos de control medioambiental pasivos: un sensor recopila información sobre la calidad del aire o el agua, este dato se preprocesa
localmente y se transmite a una localización central; después, se utiliza como base para tomar decisiones (a menudo, con la ayuda de herramientas de machine learning).
Pero no hace falta tener mucha imaginación para aplicar estos conceptos y procesos en problemas computacionales más complejos. Y es en estos casos donde podemos ver el verdadero potencial de las aplicaciones de esta tecnología, a esto nos referimos con ‘Beyond IoT’ (más allá del IoT).