Durante mucho tiempo se pensó que los elementos volátiles de la Tierra quizá se transportaron en meteoritos llamados condritas carbonáceas –meteoritos no metálicos-. Estos primitivos meteoritos que bombardearon nuestro planeta son mucho más ricos en compuestos volátiles que la Tierra primitiva (también conocida como Gaia) y otros cuerpos rocosos del sistema solar interno, lo que da más peso a esta hipótesis.
Sin embargo, la relación carbono-nitrógeno de la masa de silicato en masa es más de 20 veces la proporción observada en las condritas carbonosas, por lo que los científicos querían averiguar si los volátiles podrían haberse administrado a la Tierra a través de otro método, como el planeta Tea.
En una serie de experimentos prácticos que utilizan cápsulas cargadas con silicato y mezclas de aleaciones, el equipo recreó las condiciones de alta temperatura y alta presión bajo las que se podría haber formado el núcleo de Tea. Esto ayudó a determinar en qué porcentaje de azufre podría el núcleo haber excluido el carbono y el nitrógeno, dejándolos en el silicato a granel del planeta.