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LA BANDA ANCHA QUE CONECTA LA LUNA CON LA TIERRA

Un grupo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en colaboración con la NASA, logró enviar datos de nuestro planeta a la Luna, a través de una banda ancha, basada en la emisión de rayos láser, que permite realizar desde grandes transferencias de datos inalámbricos  hasta videos en HD. 

Es innegable que Internet es un monstruo que crece día a día y lógicamente la circulación de la información también. Justamente este proyecto denominado Comunicación Láser Lunar (LLCD), es un paso hacia delante que le ha permitido al hombre desarrollar un método más eficaz para enviar archivos no solo a la Luna sino a todo el espacio a gran velocidad.

Entre el 8 y 13 de junio próximo, en San José, California, se llevará a cabo el congreso CLEO (Ciencia Láser y Aplicaciones Fotónicas), en donde el equipo a cargo de LLCD presentará detalles y la primera visión global del desempeño en órbita de su enlace ascendente de comunicación, el que el otoño pasado superó a la velocidad de transmisión más rápida anterior por un factor de 4.800.

Según Mark Stevens, del MIT Lincoln Laboratory “esta será la primera vez que se presenta tanto la aplicación general como sus pruebas de resultados”. Además “el desempeño en órbita fue excelente y muy cerca de lo que habíamos pronosticado, lo que nos da la confianza de que tenemos una buena comprensión de la física subyacente”.

Respecto al desafío que representó esta misión, Stevens señaló que “comunicar a altas velocidades desde la Tierra a la Luna con rayos láser es un reto debido a la distancia de 400.000 kilómetros de tendido del rayo de luz”.  Y agregó que “es doblemente difícil de pasar por la atmósfera, debido a que la turbulencia puede doblar la luz, y causar desvanecimiento del corte de la señal en el receptor”.

Frente a este problema, una terminal de tierra en White Sands, Nuevo México, utilizó cuatro telescopios separados para enviar la señal del enlace a la Luna. Cada telescopio mide aproximadamente 15 centímetros y está alimentado por un emisor láser que envía la información codificada en forma de pulsos de luz infrarroja invisible. La suma de los cuatro transmisores es de 40 vatios de potencia. La razón por la que se utilizan cuatro en vez de uno, es que cada uno trasmite la luz a través de una columna diferente de aire que experimenta diferentes efectos de flexión de la atmósfera, por lo que aumenta la probabilidad de que al menos uno de los haces de láser vaya a interactuar con el receptor montado alrededor del satélite de la Luna.

Finalmente, Stevens remarcó que “se ha demostrado tolerancia a medianas atenuaciones por nubes, así como a grandes variaciones de potencia de señal atmosférica inducida por turbulencia o debilitamiento, lo que permite un rendimiento sin errores, incluso con márgenes de señales muy pequeñas” concluyó.

Lo interesante de este desarrollo es que, a pesar de que LLCD fue diseñado para misiones cercanas a la Tierra y hasta áreas donde las fuerzas entre cuerpos celestes quedan equilibradas y resultan un punto ideal para los satélites, el equipo predice que es extensible a misiones espaciales a marte y planetas exteriores.

Fuente: Universidad de Massachusetts