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LA CIENCIA DESCUBRIÓ A QUÉ EDAD SE EMPIEZA A ENVEJECER


El envejecimiento fisiológico no sucede a un ritmo perfectamente parejo. Más bien parece trazar una trayectoria entrecortada, con tres puntos de inflexión distintos en el ciclo de la vida humana: a los 34, a los 60 y a los 78 años.

Para llegar a esta conclusión, se analizó el plasma de más de 4300 voluntarios de entre 18 y 95 años. El autor principal del estudio, Benoit Olivier Lehallier, y su equipo desarrollaron un «reloj proteómico» para calcular la edad biológica en base a los niveles de 373 proteínas.

«El envejecimiento genera deterioro de todo. Inclusive de la masa muscular. A medida que vas avanzando en la vida vas perdiendo función”, explica a Con Bienestar Guillermo Casas, clínico deportólogo (M.P. 27.516). 

El resultado más llamativo de la investigación que se publicó este mes «Nature Medicine», es que el primer pico de envejecimiento fisiológico se da a los 34 años. Es decir que a esa edad, sería la indicada para empezar a prevenir las consecuencias que van «atacar» al cuerpo a partir de los 60 y a los 78, con mayor intensidad.

Desde la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford también señalan que estas mediciones guardan una fuerte correlación con la edad biológica de las personas, que es la que se calcula en función del envejecimiento del organismo y que no siempre coincide con la cronológica, que es la que marca el ADN.

De hecho, los voluntarios a los que los investigadores atribuyeron una menor edad biológica puntuaron mejor en pruebas para evaluar las capacidades físicas y mentales, lo que sugiere que este reloj proteómico podría servir para predecir la salud en la edad avanzada.

Respecto a los tres puntos, que ocurren en promedio a la edad de 34, 60 y 78 años, destacan frente a otros porque el número de proteínas diferentes transmitidas por la sangre alcanzan un pico. Estos cambios tienden a agruparse en tres puntos separados en la vida de una persona: edad adulta temprana, edad media tardía y vejez.

«Teníamos datos sobre la fuerza del agarre manual y la función cognitiva para ese grupo de personas. Nuestro reloj de proteínas plasmáticas estimó que los que tienen un agarre más fuerte y una cognición mejor medida son más jóvenes de lo que realmente eran», apuntó Tony Wyss-Coray, profesor de neurología y ciencias neurológicas, codirector del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de Stanford y autor senior de este estudio.

Para cerrar, los investigadores creen que la identificación de proteínas que promueven o antagonizan el envejecimiento en diferentes etapas de la vida, podría ser de gran aporte para las terapias más específicas y para otras con fines preventivos.