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Las naves Voyager cumplen 45 años de funcionamiento en el espacio


Publicada: 2022-08-24 09:14:17

Habiendo partido de la Tierra en 1977, las sondas espaciales gemelas Voyager son la misión más longeva de la NASA y las únicas naves espaciales que han explorado el espacio interestelar.
Las dos sondas Voyager de la NASA se han convertido, en cierto modo, en cápsulas del tiempo de su época…

Llevan cada una un reproductor de cintas de ocho pistas para grabar datos, tienen unos 3 millones de veces menos memoria que los teléfonos móviles modernos y transmiten datos unas 38.000 veces más despacio que una conexión a 5G a internet.

Sin embargo, las Voyager siguen estando a la vanguardia de la exploración espacial. Operadas desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el sur de California, son las únicas sondas de la humanidad que han explorado el espacio interestelar (el espacio entre estrellas o galáctico, más allá del espacio entre planetas o interplanetario).

El Sol y los planetas residen en la heliosfera, una burbuja protectora creada por el campo magnético del Sol y el flujo de salida del viento solar (partículas cargadas procedentes del Sol). Los investigadores (algunos de ellos más jóvenes que las dos lejanas sondas espaciales) están combinando las observaciones de las Voyager con datos de misiones más recientes para obtener un conocimiento más completo de nuestro Sol y de cómo la heliosfera interactúa con el espacio interestelar.

Las Voyager son también embajadoras de la humanidad ante posibles civilizaciones extraterrestres, ya que cada una lleva un disco dorado que contiene imágenes de la vida en la Tierra, diagramas de principios científicos básicos y audio que incluye sonidos de la naturaleza, saludos en varios idiomas y música. Los discos dorados son como una especie de mensaje en una botella cósmica flotando en el océano cósmico, cuyo destinatario es cualquiera que en un futuro lejano pueda encontrar las sondas espaciales. A pesar de la erosión por la radiación cósmica y otros factores, los discos durarán más de mil millones de años.

La Voyager 2 fue lanzada el 20 de agosto de 1977, seguida por la Voyager 1 el 5 de septiembre. Ambas sondas viajaron a Júpiter y Saturno, siendo la Voyager 1 la que voló más rápido y llegó primero. Ambas sondas revelaron muchas cosas sobre los dos planetas más grandes del sistema solar y sus lunas. La Voyager 2 también se convirtió en la primera y única nave espacial que sobrevoló Urano (en 1986) y Neptuno (en 1989), ofreciendo a la humanidad unas vistas extraordinarias de estos mundos lejanos y datos reveladores sobre ellos.

 

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La Tierra vista desde fuera del sistema planetario, o sea desde más lejos del Sol que el más lejano a este de todos los planetas de nuestro sistema solar. La foto la tomó la Voyager 1 en 1990. Esta fue la última mirada que lanzó la nave a nuestro mundo del que partió en 1977. La foto se tomó antes de que la Tierra quedase definitivamente atrás, demasiado lejana para poder verla. Hoy, la Voyager 1 viaja por espacio interestelar. En la foto, la Tierra es el píxel brillante que hemos señalado con la flecha. (Foto: NASA JPL / Caltech / Kevin M. Gill / Candy Hansen / William Kosmann)

Mientras la Voyager 2 realizaba sus viajes a Urano y Neptuno, la Voyager 1 se dirigía hacia el límite de la heliosfera. Al salir de ella en 2012 e ingresar en el espacio interestelar, la Voyager 1 descubrió que la heliosfera bloquea el 70% de los rayos cósmicos, o partículas energéticas creadas por la explosión de estrellas. La Voyager 2, tras completar sus exploraciones planetarias, continuó también hasta el límite de la heliosfera, saliendo al espacio interestelar en 2018. Los datos combinados de las dos sondas espaciales en esta frontera han cuestionado las teorías anteriores sobre la forma exacta de la heliosfera.

Cada Voyager obtiene la energía para sus sistemas de a bordo gracias a un generador termoeléctrico de radioisótopos que contiene plutonio, el cual emite calor que es convertido en electricidad. A medida que la carga de plutonio se va desintegrando, la producción de calor disminuye y las Voyager obtienen menos electricidad. Para compensar la progresiva escasez de energía eléctrica, el equipo de la misión apagó todos los sistemas no esenciales y algunos que antes se consideraban esenciales, incluidos los calentadores que protegían del frío a los instrumentos que aún estaban activos. Los cinco instrumentos que tienen sus calentadores apagados desde 2019 siguen funcionando, a pesar de estar muy por debajo de las temperaturas más bajas a las que fueron probados.

En la actualidad, mientras ambas Voyager exploran el espacio interestelar, están proporcionando a la humanidad observaciones directas del vasto territorio nunca antes visitado por nave humana alguna que es el espacio interestelar.

Fuente: NCYT de Amazings