CIENCIA » BÁSICA Y APLICADA » LA ONU ESCRACHÓ A LOS PAÍSES QUE MÁS CONTAMINAN Y ADVIRTIÓ QUE LAS EMISIONES AUMENTAN DE FORMA ALARMANTE
LA ONU ESCRACHÓ A LOS PAÍSES QUE MÁS CONTAMINAN
La organización internacional alertó que la cantidad de emisiones es mucho más amplia que el año pasado. A qué países elogió.
La humanidad pierde poco a poco la carrera contra el cambio climático: la brecha entre las emisiones de CO2 y los niveles requeridos para lograr los objetivos del Acuerdo de París sigue en franca expansión, alertó este martes la ONU.
Para limitar el calentamiento a 2ºC, las promesas nacionales de reducción de gases de efecto invernadero incluidas en el Acuerdo de 2015 deberían incluso triplicarse colectivamente para 2030, según el informe anual de la ONU sobre la Brecha de Emisiones. Con una meta más ambiciosa de 1,5ºC respecto a la era preindustrial, los compromisos deberían quintuplicarse.
«La brecha de emisiones es mucho más amplia que el año pasado», subrayó a la agencia AFP Philip Drost, uno de los coordinadores del informe del Programa Medioambiental de la ONU.
Foto comparativa. La de arriba muestra el edificio cubierto de una nube de contaminación en Beijing. (AFP)
Un dato que no sorprende, dada el aumento de la cantidad de dióxido de carbono, metano y otros gases de efecto invernadero emitidos el año pasado en la atmósfera. La tendencia continuará probablemente en 2018, puesto que las emisiones de CO2 aumentaron en el sector energético, según la Agencia Internacional de la Energía, así como la concentración de CO2 en la atmósfera.
Además, los científicos rebajaron el potencial real para eliminar CO2 de la atmósfera, ya sea capturándolo y almacenándolo o bien plantando árboles.
Otro dato alarmante: el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) concluyó el mes pasado que incluso la meta del 2ºC considerada hasta ahora como segura desatará en realidad un torbellino de calores mortales, sequías y tormentas agravadas por el alza del nivel del mar.
«DETRÁS DEL COLECTIVO» La tendencia actual apunta a un aumento de 4ºC para fines de siglo, un dato que pondría en jaque la propia civilización, según los científicos. Todo ello amplió de 15% la brecha de las emisiones para ajustarse al objetivo de 2ºC y de casi 70% para el de 1,5ºC, según el informe.
Los avances mundiales, como el rápido aumento de la energía solar y eólica y la multiplicación de acciones por parte de empresas y gobiernos locales, no bastaron para paliar la brecha, según Andrew Steer, presidente del World Resources Institute, basado en Washington.
«Estamos corriendo detrás de un colectivo [el cambio climático] y cada vez vamos más rápido», pero este «acelera cada vez más y la brecha aumenta».
El informe de la ONU, elaborado por un centenar de científicos y expertos climáticos, advierte contra las fallas a nivel nacional: «Los gobiernos tienen que tener en cuenta» sus promesas de contribuciones y «aumentar su ambición«, dijo Drost.
Impulsar los esfuerzos nacionales en reducción de emisiones será uno de los principales asuntos de la próxima COP24, la reunión de la ONU sobre el cambio climático que se abre el próximo lunes en Katowice (Polonia).
Pero los resultados son muy inciertos, ya que la mayoría de países ricos ni siquiera están en la senda de cumplir las promesas en vigor.
POR EL MAL CAMINO Estados Unidos, el segundo país emisor de CO2 del mundo que bajo Donald Trump abandonó el Acuerdo de París, se quedará muy lejos de su meta, así como Australia, Canadá, Corea del Sur, México y Turquía.
La UE, Japón, Brasil y Sudáfrica tampoco lo lograrán por poco. China -el país más contaminante- y Rusia van por el buen camino, pero sobre todo porque sus objetivos de partida eran muy modestos.
Las proyecciones del informe sobre la Brecha de Emisiones se basan en estimaciones sobre cuánto CO2 puede emitir la humanidad en la atmósfera -conocido como «presupuesto carbono»-, sin superar la meta de 2ºC o 1,5ºC.
La primera meta supone que las emisiones anuales no superen los 40 000 millones de toneladas de CO2 o su equivalente en 2030. La segunda requiere limitarlas a 24 000 millones, es decir, casi 1,5 veces menos de lo que se produciría incluso si se cumplieran las promesas del Acuerdo de París.