El remdesivir es, hasta el momento, el único fármaco que produce ciertos beneficios en pacientes con COVID-19 y se transformó en la primera droga autorizada para utilizar en tratamientos. Luego de su aprobación en los Estados Unidos y en Europa, ingresó a la Argentina la primera partida que será utilizada en diez hospitales.
Los centros que recibirán el remdesivir son los que forman parte del ensayo clínico internacional «Solidarity», un estudio diseñado y promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el cual se estudian alternativas terapéuticas para hacerle frente al coronavirus en más de 100 países.
Uno de ellos es el hospital provincial Mariano y Luciano de La Vega, de Moreno, que se sumó al proyecto tras ser invitado por el Ministerio de Salud de la Nación y recibir su apoyo junto al del Ministerio de Salud de la provincia.
«Para nosotros significa un gran orgullo y honor poder contar con este protocolo internacional. Estamos muy contentos porque estamos hablando de la utilización de drogas antivirales que son las que se están probando de mayor avanzada en el mundo«, explica a Con Bienestar el doctor Emmanuel Álvarez (M.P. 230.850), director ejecutivo del hospital Mariano y Luciano de la Vega.
Sin ser una cura definitiva, el fármaco, que fue noticia durante toda la semana, ralentiza la producción de nuevas partículas de virus, lo que genera que la infección se desarrolle con mayor lentitud y se acorten los tiempos de recuperación.
«El remdesivir, que acaba de ingresar al país, es un antiviral que demostró algunos indicios de ser muy benéfico en pacientes con COVID-19″, indica Álvarez.
Otros medicamentos que ya se están utilizando en el hospital son el interferón alfa y lopinavir/ritonavir. Pero además, el director ejecutivo explica que se realiza una estrategia, «que a veces es un poco subestimada», llamada tratamiento de sostén.
Es fundamental para el éxito del tratamiento -detalla el director ejecutivo- contar con un equipo médico que asista al paciente con una hidratación adecuada, con los tratamientos antibióticos que correspondan y con una terapia intensiva formada por un equipo interdisciplinario con médicos terapistas, kinesiólogos y una enfermería especializada.
El hospital también trata a pacientes infectados con plasma de convaleciente.
Hasta el momento, llevan enrolados cuatro de sus pacientes en el estudio «Solidairty», que es coordinado por el doctor Javier Farina, médico infectólogo asesor del Ministerio de Salud de la Nación, y compuesto por los doctores Matías Provenzano y Angelo Chalco y la doctora Paola Peppe.
Para poder sumar a más enfermos por coronavirus al estudio, se lleva a cabo una metodología «estricta y previamente estipulada» que implica la autorización del paciente o de sus familias, lo que se denomina «consentimiento informado».
«Se les explica de qué tipo de tratamiento están hablando, de qué drogas, sus efectos adversos o sus posibles efectos secundarios, y la persona, con esa información, acepta o no el ingreso al protocolo», describe Álvarez.
Consultado por la posibilidad de probar la vacuna que se está desarrollando en Alemania y los Estados Unidos, Álvarez explicó: «Hasta el momento, ni nuestro hospital ni ninguna institución del país cuenta con esa opción».
«Por supuesto estamos esperando ansiosamente el desarrollo de alguna vacuna adecuada para intentar prevenir o aminorar los efectos de la enfermedad. Pero no estamos en vistas, por lo menos por ahora, de probar vacunas de Biontech y Pfizer«, concluye.
Fuente: conbienestar