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La práctica cotidiana que enriquece el lenguaje de los chicos: cómo aplicarla en casa y en la escuela


Publicada: 2023-08-02 15:26:21

En un mundo tecnológico, es una tarea importante para la construcción de su subjetividad y para expandir, entre otras cosas, su vocabulario.
Cuentos, poemas, relatos, novelas, leyendas, todo es válido a la hora de elegir un libro para acercarles a los niños tanto en sus casas como en la escuela para que se interesen por la lectura, teniendo en cuenta que la tecnología fue ganando terreno y la literatura quedó un poco relegada.

En el proceso que implica la formación de los niños como lectores, es preciso tener en cuenta que cada uno de ellos llega a la escuela con diferentes experiencias de vinculación con el texto literario, variantes que dependen de su contexto vital, según expresó la licenciada y especialista en literatura infantil, Silvia Greco.

La responsabilidad de la escuela es garantizar a todos ellos una rica interacción con textos literarios de calidad y la tarea del docente es trabajar de manera sistemática para asegurar los aprendizajes que inicien o continúen su formación como lectores. El docente deberá ser un mediador entre los textos literarios y los niños. Esto le confiere un lugar clave, porque estamos hablando de una etapa fundacional en la relación de los niños con la literatura.

La lectura les ayuda a los niños a desarrollar la imaginación. (Foto: Adobe Stock)
La lectura les ayuda a los niños a desarrollar la imaginación. (Foto: Adobe Stock)
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En este sentido, invitar a las familias a convertir sus hogares en facilitadores de lectura, es asegurar la continuidad de esta práctica. Del mismo modo, que las familias entren a la escuela, al Jardín de Infantes a compartir momentos y espacios de lectura con los niños, permitirá que los pequeños lectores se sientan aún más animados y convocados a transitar por la experiencia lectora, explicó Greco.

Las propuestas literarias

La licenciada dijo que, en los últimos años, se produjo una “explosión” de propuestas literarias para niños debido a que aparecieron nuevos autores, nuevas editoriales dedicadas a la literatura infantil y nuevos productos, como el libro álbum, que revolucionaron la forma de leer y hacer literatura.

“Siempre, sin embargo, habrá productos comerciales, es decir, libros que renuncian a la calidad estética y que tienen algo que los hace más vendibles. Pensemos en esos libros que traen espejito, cepillo, y objetos varios del personaje, donde poco importa cómo se cuenta la historia de ese personaje”, contó a modo de ejemplo Greco.

Un niño que lee seguramente en el futuro podrá elegir distintos caminos con criterio porque la lectura lo hizo un ser con sentido crítico. O podrá él mismo hacer su camino porque la lectura desarrolló su imaginación: podrá convivir mejor con los otros porque la lectura siempre lo ha puesto en el lugar de otro.

Al hablar acerca de si los libros o textos digitales ponen en riesgo la pervivencia de los libros o textos en papel, Greco dijo que no y señaló: “El papel es el cuerpo físico de un cuento, el libro en papel tiene un olor que nos encanta a muchos, una impresión muy agradable para el tacto, sin hablar del brillo o nitidez de sus colores. El niño toca al libro como abraza a un amigo y lo maneja con una facilidad que no le ofrece un dispositivo electrónico”.

Los cuentos tradicionales y la relación de los bebés con los libros

La especialista dijo que los cuentos de hadas o maravillosos como Blancanieves, Cenicienta o La Bella Durmiente, les hablan a los hombres y niños de todos los tiempos, les dicen que siempre habrá una lucha entre el bien y el mal, que deseamos que triunfe el bien, que todos somos héroes de una historia, que atravesamos muchas pruebas en el camino pero que salimos victoriosos gracias a nuestros propios recursos y ciertas ayudas inesperadas.

“No hay tecnología, ni cronología que pueda contra el potente significado de estas historias. Los niños necesitan escucharlas, quieren hacerlo porque se identifican con el héroe o la heroína, crecen sabiendo que pueden lograrlo, como ellos”, contó Greco.

Además, indicó que introducir a los bebés en el mundo de los libros, ponerlos en contacto con ellos ya sea mostrándoselos, leyéndolos o dárselos para que los exploren, significa poner los cimientos de su alfabetización. Por su parte, les permiten a los adultos estimular el lenguaje de esos bebés, los invitan a hablar, a empoderarse de la palabra. “El adulto nombra al objeto que aparece en una página, hace la sonorización correspondiente: por ejemplo, nombra al gato, dice miau, invita al bebé si puede y como pueda a nombrar el también al gato”, ejemplificó.

“Obviamente, los primero libros para bebés no forman parte del ámbito de la literatura. Se los llama libros-objeto porque el bebé los trata como a cualquier otro objeto que explora: los muerde, los arroja o los golpea. Se los conoce también como libros-juego porque algunos tienen páginas o solapas que se despliegan, lengüetas que se deslizan hacia afuera, o hacia arriba-abajo, y es que proponen juegos de descubrimiento o de resignificación de la imagen”.

Autores sugeridos para iniciar a los niños en la lectura

“Creemos en los libros que permitan imaginar, reflexionar, que inviten a construir múltiples significados, que emocionen”, dijo Greco, quien añadió que, afortunadamente, hay voces muy potentes en la literatura infantil que hoy merecen ser escuchadas por los chicos.

Entre los autores, recomendó a Graciela Montes, Isol, Esteban Valentino, Silvina Rocha, María Cristina Ramos, entre los argentinos, Anthony Browne, Satoshi Kitamura, David Mckee, Keiko Kasza, Emile Jadoul, entre los extranjeros.

Fuente: Conbienestar